SHIGELLA
Debe su nombre al científico japonés Kiyoshi shiga que la descubrió en 1897. El género Shigella, perteneciente a la familia Enterobacteriácea, está formado por bacilos gram negativos, no esporulantes e inmóviles que son aerobios facultativos. Hay cuatro grupos diferentes de Shigella, ellos son: Shigella dysenteriae, Shigella flexneri, Shigella boydii y Shigella sonnei.
La Shigella puede ocasionar enfermedades intestinales graves, incluida la disentería bacilar. Cada año se producen más de dos millones de infecciones que ocasionan unas 600 000 muertes, sobre todo en países en desarrollo. La mayoría de las infecciones por Shigella se producen en niños menores de diez años.
Shigella spp. son agentes patógenos entéricos que se transmiten predominantemente por vía fecaloral, mediante el contacto entre personas o por el agua y los alimentos contaminados. Se ha comprobado también que las moscas son un vector de transmisión del microorganismo presente en residuos fecales contaminados.
Signos y síntomas
Shigella puede provocar diversos síntomas. Algunas personas con una forma leve de la enfermedad sólo tienen heces blandas y acuosas, y otras no presentan ningún síntoma. Otras desarrollan una enfermedad más grave conocida como disentería, con retortijones, fiebre alta, pérdida de apetito, náuseas, vómitos y diarrea, que puede contener mucosidades y sangre. La principal complicación es la deshidratación (un nivel de líquidos en el cuerpo anormalmente bajo). En contadas ocasiones, las bacterias del tipo Shigella pueden afectar a otros órganos corporales aparte del aparato digestivo, pudiendo provocar artritis, erupciones cutáneas, insuficiencia renal o problemas neurológicos, como convulsiones, rigidez de cuello, dolor de cabeza, letargo, confusión y alucinaciones.
Contagio
Las infecciones por Shigella son muy contagiosas. Las personas infectadas transmiten la infección a través de las heces. Otras personas se pueden infectar al entrar en contacto con cualquier cosa que se haya contaminado con heces infectadas. Esto incluye los juguetes, las superficies de las habitaciones de descanso e incluso la comida preparada por una persona infectada. Por ejemplo, si un niño toca una superficie contaminada, como un inodoro o un juguete, y luego se mete los dedos en la boca, se puede infectar. Shigella se puede contagiar incluso a través de las moscas que han estado en contacto con heces contaminadas.
Puesto que no hacen falta muchas bacterias de Shigella para provocar una infección, la enfermedad se extiende fácilmente en familias y guarderías. La bacteria también se puede contagiar a través de la red del suministro de agua cuando las medidas higiénicas son insuficientes. El contagio se puede producir a través de las heces de la persona infectada durante aproximadamente 4 semanas, incluso después de que los síntomas obvios de enfermedad hayan remitido (aunque el tratamiento antibiótico puede reducir la excreción de bacterias de Shigella a través de las heces).
Prevención
La mejor forma de evitar el contagio de Shigella es lavándose las manos con jabón frecuentemente y a conciencia. Esto es importante en todos los grupos de edad. A los niños se les debe recordar que se laven las manos, sobre todo después de utilizar el váter y antes de comer. Esto es especialmente importante en los centros de preescolar.
Si usted está al cuidado de un miembro de su familia que tiene diarrea, lávese las manos antes de tocar a otras personas y antes de manipular alimentos. (Las personas con diarrea no deben preparar comida para otras personas.) Después de que alguien que esté infectado por Shigella use el váter, límpielo y desinféctelo antes de que lo utilice otra persona.
Los pañales de los niños infectados por Shigella deben tirarse a la basura adecuadamente, dentro de un recipiente o bolsa sellada, y la zona donde se ha efectuado el cambio de pañales debe limpiarse con desinfectante. Los niños pequeños (sobre todo los que todavía lleven pañales) que tengan la infección, o una diarrea de cualquier causa, no deben estar en contacto con niños no infectados.
También es importante cómo se manipulan, almacenan y preparan los alimentos - los platos fríos deben conservarse en frío y los calientes en caliente para prevenir la proliferación de bacterias.
Incubación
Los síntomas pueden aparecer entre 1 y 7 días después de la exposición, pero suelen ocurrir durante los 2 o 3 días inmediatamente posteriores a la misma.
Duración
Aunque a veces remite sola al cabo de unos pocos días, la diarrea no tratada puede durar una o dos semanas. De todos modos, los antibióticos pueden acortar la enfermedad.
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